Ramón Aguilar es reconocido por su labor en la zona
Miguel Mejía H.
SAN LUIS DE LA PAZ
“Mi compromiso es con la verdad, tratar de entenderla y compartirla como la he entendido. Por lo que alguien tendrá que seguir” enseñando e investigando, señala el maestro Ramón Aguilar García, respecto a la necesidad de continuar generando conocimiento para mejorar la producción agropecuaria en la región norte de Guanajuato, el estado y el país.
El investigador que cumple 35 años de labor en el Campo Experimental del Norte de Guanajuato del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); también tiene una amplia trayectoria como docente, formando investigadores, muchos de los cuales siguen aprendiendo con él.
Por ello, en los talleres y diplomados que se realizan en dicho centro se enfocan en compartir sus experiencias, siendo ya un grupo maduro, donde todos proponen “ya que son mentes pensantes, no analfabetas funcionales”, resalta.
Sus investigaciones, dice, ya fueron conocidas en el Senado de la República, la Cámara de Diputados federal y hasta dos gobernadores. Pese a ello, en ningún momento se ha establecido alguna política aplicada con sus conocimientos para mejorar la producción agrícola.
Eso ha de ser porque “yo no promociono tractores, no promociono equipo, ni insumos. Promociono principios. Pero, sin proponérmelo exhibo la danza millonaria de programas a través de los cuales se han ido al caño millones de pesos de todos las mexicanas y mexicanos” al no obtener resultados favorables.
No obstante, Ramón Aguilar resalta que tarde que temprano se tendrán que tomar en cuenta sus propuestas de cultivo. Puso como ejemplo que el magnate Bill Gates ahora quiere invertir en macroagricultura, pero el investigador resaltó que se debe reconocer lo bueno, pero también las repercusiones que traen se tipo de cultivos.
“Siempre he estado para compartir y así voy a morir, aunque sé que son muy pocos los que se quedan” a aprender por un interés auténtico.
La práctica
Respecto a que además del conocimiento se requiere demasiado la práctica, Ramón Aguilar lleva al campo experimental, donde demuestra el grado de recuperación y generación de suelo cultivable, logrando un excelente índice de eficiencia con la técnica de “ruptura vertical”.
Ahí, la ingeniera agrónoma Guadalupe Mata recordó que desde hace diez años conoció las técnicas al trabajar un proyecto del Centro International de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y gobierno del estado.
Por lo que regresa constantemente para asesorarse al surgirle dudas sobre su profesión, más cuando está habiendo un sistema de extracción transnacional que está abatiendo los mantos acuíferos de manera preocupante.
Por otra parte, su colega Fernando Galván Castillo reconoció la capacidad de su compañero investigador con quien sorteó varias trabas burocráticas, entre esto la falta de apoyos para la investigación. Más en este centro experimental que cuenta con muchas hectáreas de terreno para llevar a cabo sus proyectos.
A la par, el ingeniero Lot Cárdenas recordó haber sido exalumno de Ramón Aguilar, donde abordaban diversos temas que estaban en desarrollo. En su trabajo de titulación lo asesoró e un proyecto de medición de la unidad de producción con base a la infiltración del agua en el suelo; donde la medición arrojó la gran capacidad del mezquite para resistir las lluvias máximas registradas en la zona, lo cual reflejaría una mejor infiltración del agua.
“Creo que en el campo hay tecnología y conocimiento para solucionar y enfrentar varios de los problemas a nivel nacional”, aseveró.
Francisco Salvador Aros Hernández, exalumno en proceso de titularse, investiga la situación del agua en el municipio de San Luis de la Paz, específicamente en la presa de Paso de Vaqueros y la situación de los pozos, con la finalidad de poder ayudar a los productores agrícolas.
Pero se detectó que de acuerdo a la información recabada se estableció que la presa tiene un periodo de uso hasta el 2030, por lo que se revisa qué acciones podrían implementar desde el gobierno. Esta situación se debe “al deslave de los cerros, por lo que la presa se está ensolvando, y al ser tan grande no se puede desensolvar”, indicó.
En Pozo Blanco del Capulín
Juan González Ledesma es originario de San José Iturbide, tiene un rancho en El Capulín donde junto a su familia ha aplicado con éxito varias de las técnicas generadas en el campo experimental. Productor agrícola desde hace más de 40 años, reconoció cuánto le ha servido el conocimiento adquirido.
Desde la alimentación al ganado, hasta la conservación de suelo, las técnicas aplicadas le han servido en su predio de cerca de 40 hectáreas, donde también la floración ha permitido practicar la apicultura. Además, de poder producir hasta una tonelada de frijol por hectárea cultivada, cuando el promedio supera los 250 kilos apenas en la región.
Por otra parte, su ganado, de calidad, es alimentado con base a la producción de su mismo terreno, sin necesidad de darles pollinaza y otros productos, mucho menos inyectarles clembuterol.